Buenos días:
Seguro que todos estáis pensando ya en el día de fiesta que tendremos pasado mañana; e incluso mucho de vosotros tendréis preparados todos los frutos secos que os vais a llevar al campo, para pasar un día de Mochila fantástico con vuestros amigos.
Pero, ¿sabéis que esta tradición sólo es de nuestra ciudad? ¿Y que en más lugares del mundo se celebra este día de una manera especial? Por ejemplo, sin irnos muy lejos, en Algeciras el mercado municipal se abre la tarde del día 1 de noviembre. Los puestos que normalmente venden frutas y verduras, ofrecen en ese momento frutos secos, granadas, boniatos o chirimoyas. La gente recorre estos puestos, comprando los productos y disfrutando de la música que les ofrece allí mismo la banda municipal. En muchas ciudades de nuestra geografía se comen los dulces llamados “huesos de santos”, también membrillo, pan de higo; o en Galicia el Magosto, castañas asadas que pueden caramelizarse, o tomar con leche.
¿Y si salimos de nuestras fronteras? Este día también es festivo, y se celebra de muy diversas maneras: En Perú por ejemplo se regalan dulces a los niños; o en Bolivia las personas acostumbran a elaborar pan con formas diferentes de animales u objetos.
Pero detrás de estas tradiciones tan dispares, hay algo que nos une a todos los pueblos de religión católica, y seguro que lo habéis visto hacer a vuestros mayores, e incluso algunos de vosotros habéis colaborado con ellos: Se visitan los cementerios, se limpian las tumbas de los difuntos, se les ponen flores, y se rezan algunas oraciones en memoria de los seres queridos ya fallecidos. ¿De dónde viene esta tradición tan arraigada en nuestra sociedad? La Iglesia primitiva acostumbraba a celebrar el aniversario de la muerte de un mártir en el lugar del martirio. Frecuentemente, los grupos de mártires morían el mismo día, lo que condujo a una celebración común. Pero con el Emperador Diocleciano, el número de mártires llegó a ser tan grande, que morían en distintas fechas. La Iglesia, creyendo que cada mártir debía ser venerado, señaló un día en común para todos. Así, el Papa Gregorio III, en el siglo VIII, fijó el 1 de noviembre como Día de Todos los Santos. Posteriormente, a mediados del siglo IX, el Papa Gregorio IV extendió la práctica a todo el mundo católico; y desde entonces celebramos este día.
¿Entonces nuestros difuntos están considerados como santos, y por eso se les ponen flores? En realidad lo que ocurre es que, aprovechando que el 1 de noviembre es festivo, la gente va a visitar los cementerios para recordar a sus familiares, porque el día 2 de noviembre es el Día de Todos los Difuntos. En esta fecha, si alguno se pasea por los Campos Santos, verá las tumbas relucientes, y todo lleno de flores. Es nuestra manera particular de acordarnos de aquellas personas que ya no están entre nosotros.
Habéis escuchado al principio de estos “Buenos días” la canción “Mi lamento” de Dani Martín. Él se la dedicó a su hermana Miriam, fallecida por una enfermedad. Fue su forma de recordarla para siempre.
Todos estamos deseando que llegue la fiesta del viernes, queremos irnos al campo y pasar un gran día. Pero desde aquí quisiera invitaros a todos a acordaros este fin de semana de vuestros seres queridos, que desgraciadamente no están ya a vuestro lado. No es necesario que vayáis al cementerio a dejar flores si no queréis; y es que cada uno podemos recordarlos a nuestra manera. Podéis rezarles alguna oración, incluso encender alguna vela en su honor. Seguro que allá donde estén os lo agradecerán.