Visita a la Basílica Tardorromana

LA BASÍLICA TARDORROMANA

 

Visitar la Basílica ha sido inolvidable. Cuando más avanzábamos, más nos empapaba la historia.

Llegar a la conclusión de lo importante que era ser alguien hace unos siglos. Podías pasar de ser enterrado en un sarcófago, con todo tipo defiguras mitológicas y elementos de la naturaleza como decoración, a estar en una vasija rota, y sin ninguna identidad.

El comercio fue muy importante. El uso de las distintas vasijas, y su forma de comercialización, estaban pensadas para su mejor industrialización. Los barcos eran más grandes

de lo que yo había pensado, ya que eran únicamente para el comercio. Utilizaban sal en la parte inferior, donde estaba la mercancía, para su mejor conservación. Después la sal la podían utilizar como "dinero", de ahí viene la palabra "salario". Pagaban así a la tripulación, además del dinero que se les asignaba.

Las joyas encontradas eran de un gran detalle, al igual que las talladas en madera. Son cosas que con tan solo mirarlas te hacen viajar siglos, a aquellas civilizaciones en las que eras alguien importante, o simplemente un despojo más de la sociedad.

Aunque no he estado muy de acuerdo con la idea de que haya huesos de personas allí desenterrados, y totalmente a la vista, creo que ayudan al avance de la historia y la investigación; dándonos cultura y haciendo que no sean facilmente olvidados. He aprendido cómo cosas que podemos ver todos los días, faltos de importancia y atención, pueden ser objetos con más de 800 años de historia, como las murallas que se encuentran justo en la entrada de la Basílica.

No todos los días visitas sitios con hallazgos tan importantes, y la verdad es que parece mentira que formen parte de una ciudad como Ceuta.

 

Teresa Mirecki Díaz de Figueroa

4º ESO A

 

 

¡¡NOS VAMOS A LA BASÍLICA TARDORROMANA!!

 

Aquella mañana fui con mi clase a la Basílica de excursión, como una actividad para la asignatura de Historia. Cuando llegamos allí Gabi, de la Consejería de Educación, nos estaba esperando. Fue nuestro monitor durante toda la visita, y nos estuvo dando explicaciones no sólo de la Basílica, sino también de las murallas que se encuentran en la entrada. Me quedé atónito cuando nos dijo que tuvieron seis kilómetros de longitud, pasando hasta por la Playa de la Rivera. Era una muralla califal. Se construyó aquí, en Ceuta, para proteger a la Península de posibles ataques enemigos. Por aquél entonces era el Califato de Córdoba el que controlaba la Península Ibérica casi entera. Por otro lado decir que esta maravillosa muralla era la "última tecnología" de aquella época, pues estaba formada por bloques de piedra rellenos de arena, dándole mayor resistencia frente a las rocas lanzadas por las catapultas del enemigo.

Una vez explicado ésto, nos adentramos en el oscuro museo. Digo oscuro porque resulta que está al mismo nivel que el Parking de la Gran Vía, y por tanto bajo tierra.

Gabi nos explicó cómo se crea un museo (algo que, a mi modesto entender, no creo que nadie en la historia de la humanidad se haya preguntado). Nos impresionó la entrada, tan oscura y silenciosa. La verdad es que daba un poco de miedo, pues se respiraba seriedad y todo indicaba que estábamos en un sitio importante; esa era la idea que se quería transmitir a la hora de construir este lugar. Una entrada que transmita seriedad, que haga que el espectador esté en silencio, intrigado por el misterio que pueda guardar entre sus paredes el museo, realizado con dinero público y por tanto, perteneciente a todos los habitantes de esta ciudad.

Después de esta explicación, empezamos a ver los objetos atribuidos a la civilización fenicia. Era un pueblo proveniente de la zona del actual Líbano, que llegaron aquí para vender los productos que traían de su tierra.

Después pasamos a la zona romana. Se nos explicó que según la forma que tuviera un ánfora, se podía saber lo que llevaba en su interior (aceite, vino, atún). También nos permitieron saber cuál era su peso tirando de unas cuerdas que colgaban del techo, ¡curiosa balanza! La que más pesaba era la de aceite, puesto que era la más ancha de las tres que había. La vasija del vino tenía una forma especial, la cual permitía al portador de dicho recipiente echar vino a las copas, sujetándola por la parte inferior y superior, sin ningún tipo de complejidad.

En esa misma sala se encontraba una parte de un barco de mercancías. Gabi nos estuvo explicando cómo transportaban las ánforas que contenían los productos: En el interior del barco, los recipientes se agrupaban de tres en tres, y después se colocaban otras encima, de modo que el espacio se aprovechaba al 100%.

En la sala de al lado se encontraba un sarcófago de la antigua Roma. Este monumento, realizado en mármol de Carrara, era la tumba de una mujer. Por lo visto se lo regaló su marido. Todos estos datos lo sabemos gracias a los relieves que hay en el sarcófago. Se aprecian las piernas de varias mujeres (falta la parte superior de la reliquia), y en el centro a dos figuras supuestamente presentando a otra situada de rodillas entre estas dos.

Y es en este momento cuando llegamos a mi parte favorita: ¡La Basílica! Lo que más me impactó fue que algunos esqueletos permanecían al descubierto, apreciándose algunos huesos en las tumbas. Por lo visto, se enterró allí una señora muy buena y bastante importante, y los habitantes de la localidad querían enterrarse al lado de ella. Es por eso por lo que se ven muchas tumbas amontonadas en la misma zona, puesto que era allí donde descansaba esa buena mujer.

Para finalizar la visita, Gabi nos demostró que Ceuta desde siempre ha sido una ciudad llena de diferentes culturas y religiones. Fue un puerto marítimo bastante importante, por donde pasaban numerosos comerciantes para vender sus productos. Llegó a tanto la importancia, que la ciudad incluso tuvo dos universidades propias. En el museo se pueden observar capiteles y maderas de estos edificios, que estaban enfrente del Ayuntamiento.

Aquí es donde acabó nuestra visita, y una idea me quedó bastante clara: Un museo, algo que la gente no visita porque lo relaciona con aburrimiento, es una fuente de información bastante grande, y no lo sabemos apreciar por falta de conocimientos. Los museos están para eso... ¡Para aprender!

 

Guillermo Hoyos Chaves

4º ESO B

 

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