En España ya se venden al año más bicicletas (780.000 unidades, el 4% del total de la Unión Europa) que coches (700.000). Estamos ante un movimiento imparable. En 2013 se vendieron en España más de un millón de bicicletas. Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), el porcentaje de gente que usa la bici para ir a la oficina ha pasado del 6,8% en 2008 al 11,9% en 2011; mientras que su uso en desplazamientos cotidianos ha aumentado del 17,4% al 30,3%.
Ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla ya han desarrollado sus sistemas de bici pública muestra de que poco a poco se está convirtiendo en un elemento real del cambio modal. Algunas de ellas han apostado por la bici eléctrica como es el caso de Madrid.
Es en la e-bici donde los fabricantes han volcado sus esfuerzos y tienen puestas más esperanzas. Ya en el Plan PIMA AIRE 3 el gobierno incluyó la adquisición de bicis eléctricas como vehículos susceptibles de recibir ayudas en esa convocatoria.
Las cifras muestran la importancia de ese sector en el país (ver Cifras sector ciclismo 2013) y empiezan a vislumbrar un cambio de actitud de la sociedad española respecto a la bicicleta. Sin embargo, ¿Se puede hablar de un cambio de paradigma en España?¿qué hace falta para que la población perciba realmente esta máquina como un medio de transporte urbano?
La generación de cultura de bici es fundamental para que realmente los esfuerzos que se están llevando a cabo dirigidos hacia la consecución de un cambio modal en el desplazamiento de personas y cosas tengan sus frutos. Si queremos que nuestras ciudades sean lugares más sostenibles y habitables hay que seguir apostando por la bici.